martes, 1 de mayo de 2007

La Biblioteca Real de Alejandría:
Fue la más grande de su época. Se cree que fue creada a comienzos del siglo III adC, por Ptolomeo I Sóter y que llegó a albergar hasta 700.000 volúmenes.
Una nueva Biblioteca de Alejandría promovida por la UNESCO fue inaugurada en 2003. Ambas situadas en Alejandría, Egipto.
Algo de Historia:
El Museion, el templo en honor de las Musas, donde arte y ciencia confluían y el saber carecía de apellidos, era en sus orígenes algo más que un museo. El Museion construido en Alejandría por Tolomeo I (s. III aC), que contenía la famosa biblioteca de Alejandría, contaba, además de la zona de residencia y comedor, con salas de conferencias, laboratorios y observatorios, jardines para la discusión peripatética y hasta un zoológico, además del templo y la biblioteca propiamente dichos. En aquel Museion se recopilaban y se clasificaban, se copiaban y se comentaban escritos, pero también se enseñaba y se investigaba. En él, los mejores eruditos y sabios de la época podían disfrutar de la numerosa colección de rollos continentes de obras clásicas del saber antiguo y reflexionar sobre su condición de privilegiados por una sociedad que les permitía vivir para pensar, crear y transmitir conocimiento. El Museion era en efecto un lugar de privilegio. Literalmente, porque no cualquiera podía acceder a su interior y beber de sus fuentes.Y es que la ciencia siempre ha crecido de espaldas a la gente. Sin embargo, en la misma Alejandría en la que floreció la creación y transmisión del saber podemos encontrar también un germen de popularización de la ciencia. El Serapeion, en honor del ecléctico dios Serapis (cruce entre Zeus, Plutón, Osiris y Apis), fue una segunda biblioteca más pequeña que se levantó fuera del templo a las Musas. Estaba dotada con segundas copias de un número reducido de obras, pero estaba abierta al público. Seis siglos duraron Museion y Serapeion antes de caer sus paredes y derrumbarse poco a poco su preciosa herencia cultural, inicialmente bajo la urgencia de la seguridad nacional romana, y al fin, bajo el fuego de la respuesta fanática, cristiana primero, musulmana después.

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