miércoles, 30 de mayo de 2007


Editorial
Por Cristina Villanueva
El problema -dijo Alicia- es si se puede hacer que las palabras signifiquen cosas diferentes. El problema -zanjó Humpty Dumty- es saber quién manda. Eso es todo.Lewis Carroll (de Alicia a través del espejo)
Del encuentro de narradores, del encuentro con los amigos, del encuentro con los libros, del encuentro con la libertad. La libertad en mayo tiene distintas citas: el día de los trabajadores, el día de la patria y el recuerdo del mayo francés. La libertad es una búsqueda, una utopía, un deseo. A veces, se es libre de elegir entre la dignidad y la muerte, como sucedió en el Ghetto de Varsovia. En las situaciones más extremas, podemos ser libres desde la cabeza. Por eso conviene no sentarla del todo y menos arrodillarla. El pensamiento usa libros como combustibles o conversaciones o cuentos, busca relacionar causas y consecuencias, establecer jerarquías de temas y más. En esta especie de presente continuo que vivimos, hay un intento de construir, no digamos un pensamiento, sí un discurso único. Es difícil salirse y muchos, creyéndose libres, repiten el libreto que ya estaba escrito para ellos. La pregunta inocente puede horadar el muro de lo “por supuesto”. La violencia ataca al pensamiento y a la libertad. Extraña sociedad la que se considera a sí misma como una especie de esencia de la libertad y somete a otros pueblos en nombre de la libertad que les va a enseñar a los tiros. Extraño que les parezca extraño criar asesinos seriales. Cualquiera que analice los discursos de su presidente, los videojuegos, los dibujos animados, los juguetes, se dará cuenta de que en esos valores de desconfianza, de falta de solidaridad, de agresión hacia los desvalidos, los inmigrantes, los pobres, se criaron los asesinos seriales... Lo más extraño es que la libertad se enuncie para vender armas y toda clase de productos inoculadores de violencia. Por otra parte, en un mundo globalizado, esos productos culturales llegan a través del cine, de los juegos, de los programas de televisión, a nuestros niños. Podemos, al menos, hacer la crítica de ese modelo, cuestionarlo, lograr que los chicos tengan las dos versiones. Luchar contra ese modelo guerrero, contra ese modelo militarista que termina, no casualmente, matando en las escuelas y en las universidades, hogares de los libros, del estudio, del pensamiento. Como el humor y el juego nos ayudan ante tanto dolor, va concurso:Nombre el sitio más extraño en el que leyó.Por favor, no diga el baño de un avión.

Recuerden que esa respuesta correspondía a otra pregunta…Dirigir respuestas a pluma@velocom.com.ar ¡Felices encuentros!

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