Los Manteillone, eran duendes, de algunas zonas de Italia, que no tenían piernas y sin embargo se movían a gran velocidad. Andaban de noche y les gustaba fastidiar a la gente: ataban entre sí las colas de las vacas, destapaban a los que dormían o robaban la comida. Para detenerlos, habían que dejarles una fuente con lentejas porque no podían resistir la tentación de contarlas una por una, hasta que se hacía de día...
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