domingo, 1 de julio de 2007

LIBERTAD DE LEER...

Libertad De Lectura :¿Un skecht cómico? Sí, fácilmente podría ser… Pero en realidad, es una denuncia de lo que está pasando hoy, ahora mismo, en cualquier lugar de los Estados Unidos, los “inspectores” del libre acceso a la información en el mundo!!:
BIBLIOTECARIA Buenos días, mister. ¿En qué le puedo ayudar?
HOMBRE Verá, señorita, estoy buscando algo sobre la historia del Islam.
BIBLIOTECARIA (ASOMBRADA) ¿Del Islam?
HOMBRE Sí, algo sobre sus principios, su cultura... ¿me comprende?
BIBLIOTECARIA Claro que le comprendo. Venga por acá... Revise esta sección de la biblioteca... Y discúlpeme un segundo... quédese aquí, ya vuelvo...
EFECTO LLAMANDO POR TELÉFONO
BIBLIOTECARIA (MEDIA VOZ) Sí... le llamo de la Biblioteca Municipal del Bronx... Un señor un poco raro ha venido a pedir la historia del Islam... No, no tiene turbante en la cabeza pero se parece a esos terroristas que salen en la televisión...
Esta escena no sucedió en la antigua Unión Soviética. Ni durante la dictadura de Videla en Argentina. O la de Pinochet en Chile. Está ocurriendo hoy en Estados Unidos de Norteamérica. Los servicios secretos norteamericanos, el FBI, está autorizado para espiar bibliotecas y librerías. Gracias al Acta Patriótica, una siniestra ley aprobada después de los atentados del 11 de septiembre, el gobierno norteamericano tiene poderes absolutos para saber lo que todos sus ciudadanos y ciudadanas leen. Quien solicite un libro considerado sospechoso en una biblioteca pública o privada, corre el riesgo de tener a un agente del FBI tocando el timbre de su casa. Con el objetivo de prevenir actividades terroristas, la cláusula 215 del Acta Patriótica da poderes al FBI para pedir a cualquier biblioteca o librería del país la lista de los libros que la gente solicita o compra. Ni los bibliotecarios ni los libreros pueden informar a sus clientes que la policía está investigando sus hábitos de lectura. Si lo hacen, pueden ir presos. Los empleados de la biblioteca Santa Cruz, en California, destruyen cada día los registros de sus clientes para no tener que entregar ninguna información al FBI. Otra biblioteca de Vermont advierte a sus usuarios: -Los contenidos de sus correos electrónicos están siendo monitoreados por agentes federales. Sea precavido. -Mientras tanto, el gobierno de Bush no parece demasiado preocupado por el grave atentado a la libertad de expresión que todo esto supone. Para su cacería de brujas, todo vale.
BIBLIOGRAFÍAMarina Aizen, El Clarín, Buenos Aires, 9 abril 2003.

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